viernes, 2 de marzo de 2012
Esperando a Godot, Samuel Beckett, 1955.
Método para reconocer a un verdadero amigo, por la vía de la ausencia.
Es sencillo, cuando esa persona se va, uno la extraña profundamente; la palabra "extraña" debe venir de "entraña", porque la ausencia se
siente en el abdomen, abajo del estómago. No es un dolor de hambre (estomacal), menos una cosa genital. Es un vacío indescriptible.
Llorar no sirve de nada, porque ese dolor de "entraña" no va bien con el ahogo. Sin embargo, quizás el desconsuelo produzca una
leve asfixia, una apnea, es decir: un segundo sin oxígeno en el cerebro, en medio de eso, podría devenir un recuerdo, quizás una escena
del teatro del absurdo de Samuel Beckett.
Se trata de la obra "Esperando a Godot" (1955) en la que hay varios pasajes célebres, los cuales se ajustan a la perfección a ese sentimiento de desesperanza.
La obra es muy larga, pero preciosa, http://jesuscarmena.iescla.org/?p=592.
Como su título lo indica "Esperando a Godot" es una pieza de teatro en la que Vladimiro y Estragón sostienen una conversación (absurda) sobre el
destino y la necesidad de esperar a su amigo Godot.
Al final de la obra Vladimiro le dice a Estragón:
"Mañana nos ahorcaremos, a menos que venga Godot".
Un poco de música de fondo: Last Night I Dreamt That Somebody Loved Me, The Smiths.
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